sábado, 19 de mayo de 2012

Paraiso

50x30-Técnica mixta y collage sobre cartón 2012

viernes, 18 de mayo de 2012

Original, copia, plagio y otras excentricidades - Rosa Olivares

Observamos cada día con más sorpresa, y ya a veces con indignación, la falta de seriedad y de profesionalidad en el sector de la información. No vale recurrir al tema de la crisis, porque si ya hemos apuntado más de una vez que “no todo es cuestión de dinero”, nos parece más que absurdo asociar la prima de riesgo con la copia y el robo de textos e ideas. Sobre todo cuando estas actitudes las cometen (o perpetran) personas que no saben diferenciar la prima de riesgo con el riesgo de la prima. Siempre ha habido plagios, unos denunciados y otros no, siempre ha habido copias más o menos evidentes, más o menos castigadas, pero es que ahora con Internet y la falta total de límites, reglas y fronteras, se confunde absolutamente la libertad con el derecho al robo. Estamos acostumbrados a que los blogs, o algunos blogs, cuenten todo tipo de maldades, que los rumores se mezclen con las noticias, que los insultos se confundan con las opiniones. Parece que ante eso no se puede hacer nada. Cuando se insulta escondido en el anonimato o en el seudónimo, y se hace a través de Internet, parece que nadie tiene responsabilidad. Pero los efectos son igual de perniciosos. Nadie podría hacerlo en un texto sobre papel, porque aquí sí hay leyes, límites, derechos. Igualmente si se copia un texto publicado en una revista o en un libro se puede denunciar, uno puede defender su trabajo… si se entera, claro. Pero si te copian en una web. ¿Qué pasa entonces? Hay varios portales en castellano que se alimentan sistemáticamente con los textos que ustedes pueden leer en esta web, páginas web con publicidad y con su difusión propia. Copian nuestras noticias (incluso estos textos de opinión) con fotos y todo y no mencionan el origen, ni respetan el trabajo ajeno. Así llenan su espacio, con el trabajo de los demás. De unas nos hemos enterado, incluso alguno nos piden colaboraciones con una desvergüenza que solo se justifica con la ignorancia y la falta de profesionalidad más absoluta. Nos están copiando y encima nos piden que colaboremos con ellos ¿Cómo? ¿Enviándoles las noticias a ellos antes de publicarlas nosotros? No son ni siquiera conscientes de que lo que hacen es un delito, que copiar en los exámenes escolares estaba mal y te suspendían, que si plagias un texto, un artículo, te pueden denunciar… un alto responsable cultural en México, reciente ganador de un premio literario, ha perdido puesto, prestigio y dinero al demostrarse que su éxito se debe al plagio… si se hubiera dedicado a escribir en la red no habría pasado nada ¿no le habría pasado nada? Ante la copia, el plagio, el robo en la red nadie puede protestar, Internet es libre… es como un mar lleno de piratas que navegan asaltando a todo tipo de embarcaciones, de lujo o de pesca, no importa. No hay policía ni leyes ni nadie que pueda defender el trabajo ni los derechos de las revistas digitales. Urge que las asociaciones pertinentes se pongan manos a la obra, porque no se puede regular los derechos de las imágenes de los artistas pero no los textos de los que escribimos. Si hay un derecho de prensa escrita… digo yo que también afectará a las webs en Internet. Por otra parte las agencias de publicidad, abocadas a los medios digitales y la consecuente publicidad en estos medios, se guían masivamente por los datos de Google o similares, manipulados claramente por agencias que mueven el seguimiento en las redes de cientos de personas… creando perfiles falsos que aumenta las entradas en cada web. ¿La calidad? ¿Qué es eso? Esto es como el envés de una sociedad de derecho, un lugar sin leyes donde sólo la trampa y el truco funcionan. Porque no se trata solamente de tener audiencia, de número de tuits, de cantidad de seguidores, sino de honradez y de profesionalidad. No se trata de robar los contenidos, sino de crearlos, de hacer y de ser. Y si no es así, ¡¡¡todos al abordaje y sálvese quien pueda!!!

domingo, 13 de mayo de 2012

Artefacto

Se entiende por artefacto cualquier obra manual realizada con un propósito o función técnica específica.

sábado, 12 de mayo de 2012

Valentina - Guido Crepax

Mundos de fantasía - Álvaro Pons

La rebeldía cultural nacida al amparo de los cambios sociales que vivió Europa en la década de los sesenta tuvo en el cómic una de sus principales expresiones. Las heroínas creadas por Forest o Pellaert en las publicaciones de Losfeld rompían los esquemas preconcebidos para un medio considerado fundamentalmente un entretenimiento infantil y juvenil, dirigiéndose hacia un público adulto desde una conciencia autoral reivindicativa de la creatividad, reescribiendo los géneros clásicos desde el erotismo y el claro compromiso político. El cómic de autor tomaba forma en una extensión desconocida, que escapaba de las limitaciones formales de las revistas o los álbumes para brindar un abanico increíble de nuevas posibilidades. Sin embargo, pese a la importancia y popularidad de Barbarella, Epoxy, Pravda o Jodelle, correspondería al italiano Guido Crepax el verdadero mérito de aportar un enunciado completo de los fundamentos de este renovado noveno arte con su mítica Valentina. Frente a la feminización de los arquetipos heroicos clásicos y la hipoteca inconsciente con los cánones génericos establecidos que mostraban sus compañeras francesas, la propuesta de Crepax optaba por acercarse a los modelos intelectuales reinantes en la época tanto en el cine como en la literatura, desde Ionesco a Antonelli, en una sorprendente evolución interior de unos personajes nacidos como reflejo inercial del mainstream americano. Originalmente, la creación de Crepax no era más que uno de los muchos clones nacidos a mediados de los sesenta tras la estela del éxito de los famosos superhéroes americanos: Philip Rembrandt, crítico de arte, era en realidad el poderoso Neutrón, capaz de detener el tiempo a su antojo para enfrentarse contra los villanos de turno. Sin embargo, la atrevida fotógrafa Valentina fue apoderándose de la serie en una progresión tan rápida como sorprendente, no desde la clásica emancipación tolerada de la heroína femenina, sino desde el propio cambio completo de la línea argumental de la serie. En muy pocos episodios, Valentina no sólo sería la protagonista, sino que sería también el leitmotiv de la serie, abandonando el terreno de la aventura para entrar en un campo de onirismo desatado donde lo erótico y la sexualidad de la protagonista toman forma como elemento de reflexión. Más allá del uso del sexo como herramienta de categorización automática hacia un lector adulto elegido por las heroínas impulsadas por Losfeld, profundamente masculina en su base, Crepax propone una lectura del erotismo desde su vertiente de parte indisoluble de la personalidad humana, posiblemente más felliniana que freudiana (como correspondería a una creación de los años sesenta), pero también con una decidida voluntad de alejarlo del tópico del objeto sexual. Philip Rembrandt y Valentina Roselli serán una pareja con una vida intelectual y sexualmente rica, que vive sus propias fantasías sexuales hasta el punto de transcender los límites de la realidad y ensoñación de forma continuada. Los armarios y espejos de las historias de Valentina esconden también mundos de fantasía al modo de los de C. S. Lewis o Lewis Carroll, pero transmutados en perversas quimeras de la sociedad de su época. La bruja blanca se reencarna en la terrible Baba-Yaga, los seres de leyenda en inquietantes criaturas más próximas a la imaginación de Sade o los perturbadores collages de Max Ernst. El ciclo se completa y los referentes del tebeo infantil son reimaginados en términos adultos, los mundos del niño han crecido inevitablemente y ahora abrazan a Henry James, Sade, Bataille, Pasolini o Buñuel, pero sin olvidar mirar a la actualidad sociopolítica de su época, dotando a la estructura onírica de su necesario anclaje en la realidad. Unos cambios que obligaban al autor a replantear la narrativa gráfica: frente a la tradición secuencial francobelga que toma la viñeta como elemento de referencia, Crepax opta por la más moderna americana de componer la página en su totalidad, pero obviando su habitual dinámica de recorrido visual de base cinematográfica para experimentar con el montaje analítico, aprovechando la disposición espacial para innovar en el tempo de la narrativa. Pequeñas viñetas que fijan su atención en elementos nimios, en detalles apenas esbozados de una composición tan fragmentaria como sincopada que contrastarán con una estética de líneas sinuosas, de cuerpos alargados que recuerdan la elegancia de Modigliani o Klimt con un trazo de línea orgánico que deja las formas femeninas siempre inconclusas para acentuar una sensualidad de apariencia evidente pero que realmente juega la carta de la insinuación. Valentina sólo permite su clasificación en la categoría de obras maestras de la historieta, clave para entender la evolución y desarrollo del medio y, también, la actual época de pujanza que vive el cómic de autor en todas sus formas y presencias, desde el mainstream a la novela gráfica. Norma Editorial ha publicado hasta el momento tres de los cuatro volúmenes previstos que recuperan, por fin, la obra de Crepax en una cuidada edición integral organizada según la cronología interna de las historias.

viernes, 11 de mayo de 2012

Simón Edmondson

MAGICIAN 2010: Oil on canvas 195 x 195 cm

R. B. Kitaj

The Ohio Gang 1964 ; Oil on canvas, 182.9 x 182.9 cm (72 x 72 in); The Museum of Modern Art, New York

martes, 1 de mayo de 2012