miércoles, 26 de diciembre de 2012

domingo, 23 de diciembre de 2012

LA CARA VIVA DE LA CULTURA - Álvaro de los Ángeles

Según la página web del IVAM, el Institut comenzó a realizar exposiciones en 1998, justo nueve años después de su inauguración y tras la mejor etapa conocida hasta la fecha: la única que entendió el museo como trayecto posible y no como llegada y asentamiento de intereses particulares. Antes de esta fecha, año en que empezó a gobernar con mano de hierro Cosme de Barañano, nada. Nada de Matta-Clark, de Eva Hesse, de Robert Smithson, de Atget, de Richard Prince, de McCollum o Crag, de Meireles o Downey, nada de las exposiciones dedicadas a las diversas ramas del tronco común de la Modernidad, nada de Heartfield o de los juguetes de Torres García, sin rastro de Gary Hill, de Kuitka o de Chantal Ackerman, ese arte degenerado; sin rastro de todo lo enseñado y todo lo aprendido. La única y mejor prueba fehaciente de que esos años sí ocurrieron es su colección, diluida en los últimos años por donaciones menores y compras de dudoso interés y procedencia.
Ahora, además, el tufo a glutamato ha calado hasta en los fríos hierros de los Julio González y la nube de la sospecha se ha instalado en la azotea del Institut, donde se proyectó una ampliación
„cuando éramos ricos y construcción rimaba con comisión„ de la que se ha avanzado sólo en el derribo de las casas traseras. Se repiten los argumentos y las acciones: derribo de la historia, construcción especulativa y, entre medias, la ciudadanía encantada de serlo cada vez menos. Consuelo Ciscar, por lo tanto, ha ejecutado con solvencia de troika la demolición del pasado. A su presente, en apariencia perpetuo, cabe esperar un futuro que le (nos) haga justicia y le ubique en el escalón del prestigio cultural que se ha ganado a pulso. Llegado ese momento, cuando fuere, lo único que no cabría es el olvido, al menos para evitar que la historia se repita.
Finiquitada la Sala Parpalló y el MuVIM jugando todo el verano pasado a fútbol entre campos de flores de Lis, la cultura institucional ha encajado la llegada de CulturArts como un chiste macabro. Una Conselleria de Culturismo ya fenecida y una nueva consellera a la que se le multiplican los ERE en todos los ámbitos. Así de baldía está la tierra quemada de las políticas culturales en la Comunitat Valenciana y así de innecesaria se está convirtiendo su gestión, donde sobresale el azul cobalto del Ágora como la punta de un iceberg ruinoso. Seguramente es eso lo que se persigue y se desea, que ya no la necesitemos y que apenas notemos su derrumbe final.
Mientras tanto, han ido surgiendo otras necesidades sociales y culturales que hallan en los encuentros colectivos modos de aprendizaje e intercambio de saberes tan antiguos como el mundo y tan adecuados a su momento como las conexiones en red y la transversalidad. Es decir, se hace patente la necesidad de la participación colectiva para hablar y tratar asuntos que tienen en la dinamización de lo local la igualación de asuntos que ocurren en un ámbito globalizado. La palabra hablada como vehículo de sociabilidad y la palabra escrita como necesario testigo del momento. De ahí que algunos colectivos y eventos como, por citar unos pocos, Arquitecturas colectivas, Comboi a la fresca, Autoformato, Solar Corona, la Calderería, la Minúscula, la Mutante, la histórica Ca Revolta, Plutón, Doctor Nopo, Russafart, Circuit Vermut, Ciutat Vella Batega? estén trenzando conexiones entre barrios y personas desde prismas e intereses muy variados, pero que parecen tener su común denominador en la necesidad de seguir avanzando. Publicaciones como Bostezo, VA!, Editorial Concreta, Ed. Germanía, EST. Publicaciones, etcétera, están aportando desde la fisicidad de lo impreso, un contrapunto a la extendida virtualidad de grandes medios y voces autorizadas que ya se expresan desde los blogs o los diarios digitales.
El cambio de paradigma no es una línea en el horizonte, sino un terreno al que ya hemos llegado. El reto estará en encontrar el equilibrio entre modelos conocidos, ahora fláccidos de tanta inanición tras los grandes festines, y aquellos que se generan a cada día, paso a paso y con pretensiones mucho más humanas y realistas: más frugales, si se quiere, pero también mucho más vitaminados.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Museos zombis - Rosa Olivares




Cuando se habla de patrimonio sólo se piensa en pasado, olvidándose que el patrimonio de mañana es el arte de hoy. Pero eso ya no parece interesar a nadie en las esferas políticas o económicas del país. En estos momentos cruciales para el futuro inmediato de nuestra cultura no solamente estamos asistiendo al desmontaje de las instituciones, sino a la extinción de nuestro patrimonio cultural. Se habla de que debe ser la sociedad civil (nosotros) la que pague la cultura, ¿no la estábamos pagando ya con nuestros impuestos? ¿Quién la pagaba entonces?

Parece que ya nadie se acuerda en la vorágine de la batalla, pero ¿qué ha sido del CDAN? El hasta hace poco modélico proyecto de museo vinculado a la naturaleza y el medio ambiente ahora es un lugar aislado en el que hay que pagar para entrar, sólo abren por las tardes, su personal se ha visto recortado hasta prácticamente la extinción, y en sus paredes una vuelta de tuerca más a la colección fundacional del pintor que donó los terrenos. Su equipo pequeño pero eficaz y de una profesionalidad inusitada se ha desperdigado y el que fue un centro con iniciativas, talleres, centro de documentación, premios a la investigación… ni mantiene las becas ni siquiera mantiene sus suscripciones a las revistas especializadas. Es un museo zombie, está abierto, respira, pero realmente está muerto. ¿No había otra solución? Sabemos que no es cuestión de dinero, pero en estos trajines de recortes se están cargando el patrimonio cultural que nuestros impuestos y nuestros esfuerzos han creado. ¿Alguien se acuerda del DA2 de Salamanca, del CAB de Burgos, del Centro José Guerrero (recuperado y olvidado al mismo tiempo), del IACC de Zaragoza (muerto en el parto), del MAS de Santander, excluido sistemáticamente del reparto de dinero local, del Patio Herreriano de Valladolid, del EACC de Castellón, una de las promesas malogradas del panorama museístico del País Valenciano?

Y hay más, muchos más: el invencible MEIAC, que sigue abierto, en una pobreza insultante desde su apertura; Sa Nostra en Palma, TEA en Tenerife (una gran promesa incumplida desde el origen); ¿y el Centro Huarte en Pamplona? Una buena muestra de que los concursos más o menos limpios no solucionan situaciones aberrantes. En el País Vasco KREA desapareció antes de nacer, con un planteamiento no sólo nuevo sino viable, duró lo que un suspiro, porque cuando los proyectos no tienen arraigo en las propias estructuras que los promueven, son apenas un suspiro. Y muchos suspiros habrá que dar por el Centro Montehermoso de Vitoria, que está a un paso de pasar de vivo a muerto viviente, sin presupuesto ni para… para nada. Claro que Rekalde no cierra pero ¿sabe alguien qué hace, al margen de los que pasean por la calle Rekalde? Y Tabakalera sin rumbo fijo, y otros más discretos que agonizan en silencio viendo como el dinero si existe, aunque vaya en otras direcciones, y sobre todo como las opiniones ignorantes de los políticos vuelven a ser ley. El Centro Niemayer en Asturias, se acabó, y la LABoral intenta reajustarse sobre sí misma… y en Murcia ya no queda nada abierto, mientras en La Conservera se acaba una programación que no parece tener prolongación hacia ningún sitio. Y esto sólo es un rápido repaso por lo que pude ser y no ha sido, porque quedan muchos más centros de arte y museos (más de cien hace un par de años) privados y públicos que sobreviven mal, al borde de la extinción, sin que nadie se acuerde de ellos.

Hay más museos zombies, abren sus puertas y dentro no hay nada. El resucitado temporalmente Es Baluard de Palma de Mallorca demostró que era posible ir hacia adelante con una buena dirección y un gran esfuerzo… vinieron los recortes políticos y se volvió a la muerte viviente, camina pero está muerto. La elección de un nuevo director, todavía sin solución final era una oportunidad de poner a un profesional con experiencia al mando e intentar otra vez la recuperación del Museo, esperamos que triunfe la honestidad sobre los intereses políticos y familiares y que no se pierda todo. Porque en Palma ya queda poco realmente que perder.

En Vigo el museo de propiedad municipal MARCO agoniza y todo apunta que ni siquiera podrá ser un museo zombie, como viene siéndolo en los últimos tiempos (con exposiciones de seis meses), sino que se enterrará y se cerrarán sus puertas como las puertas de una tumba, otra, cultural. Y todo el esfuerzo perdido, una vez más.

Y después qué: ¿el MUSAC en cuanto su actual director salga? No quiero dar más nombres pero en las autonomías tanto las gobernadas por el PP como las que lo están por nacionalistas el futuro de sus centros artísticos y culturales parecen una película de miedo de serie B. Por sus salas, sus directores, los antiguos comisarios, los artistas y los espectadores, los aficionados, que si que los hay y se cuentan por miles, deambulan arrastrando los pies, con la mirada perdida y babeantes, añorando el arte que ya no se muestra, las exposiciones que se fueron para no volver, los debates, las conferencias que resuenan todavía en sus oídos… No se acabó la fiesta, se está acabando la cultura.

sábado, 1 de diciembre de 2012

“Esto lo pinta mi hijo”


Guest Blogger: Laura Cano (La Caja Revuelta)
Supongo que no soy la única que ha oído mil veces este comentario a visitantes de museos de arte contemporáneo. De hecho, he podido observar que es una frase típica, no sólo en el visitante español, sino en cualquier visitante de museo sea cual sea su procedencia y siempre que éste no sea un experto o amante del arte contemporáneo.
Debo decir que no por haberlo oído mil veces deja de parecerme insoportable y me pone de muy mal humor. Pero, lejos de lo que pueda parecer, no creo que la culpa sea del público, o al menos, no sólo él es el responsable de que aún hoy nos encontremos con que la sociedad en general no ha aprendido a valorar el arte contemporáneo ni sabe descodificar su lenguaje.
Miró - Mujer Ante El Sol, 1950
Miró – Mujer Ante El Sol, 1950
Dejo sobre la mesa los diferentes factores que, a mi parecer, nos llevan a ésta paradoja, ya que, para mí es una paradoja que se abran a diestro y siniestro centros y museos de arte contemporáneo, para una sociedad que, por lo que se ve, no entiende ni reconoce el arte contemporáneo como ARTE en mayúsculas. Como el “arte verdadero”.
Desde que el arte dejó de tener como principal tema y fin la imitación de la naturaleza o realidad (con el nacimiento de la fotografía), éste pudo ser libre y comenzar a investigar, desarrollar, ampliar, profundizar, experimentar en un lenguaje que aún habiendo sido ya creado, estaba encajonado por los límites que la realidad le imponía. A partir de ahora, ¿quién le pondrá puertas al campo? Rompedores de los cánones ha habido muchos a lo largo de la historia del arte: Picasso con el cubismo o Marcel Duchamp con los ready made, etc. Por ello, y en un mundo donde el ordenador, los teléfonos móviles, el Ipad, etc triunfan, ¿con qué argumento podemos pedirle al arte que siga anclado en el siglo XIX? Si el arte es “manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros” (definición de la R. A. E.), ¿cómo podemos pedirle que permanezca ajeno a los avances técnicos, científicos e ideológicos de la época a la que pertenece?. Pero además, si consideramos que el arte es un lenguaje, ¿cómo podemos exigir al público que descodifique un lenguaje que no ha aprendido?, ¿cómo conseguiremos que lo entienda si no le damos unas herramientas previas válidas?
Louise Bourgeois - Temper Tantrum, 2000
Louise Bourgeois – Temper Tantrum, 2000
También supongo que no soy la única que en sus años de instituto los profesores pasaban los temas de arte para darlos “si había tiempo” al final de la explicación (y nunca lo había), o que en la asignatura de historia del arte, de la que te ibas a examinar en selectividad, con suerte llegabas hasta las primeras vanguardias, siendo el arte contemporáneo el tema que siempre quedaba pendiente.
Pero, por otro lado, siento que existe una falta de apertura de mente bestial en nuestra sociedad. La mayoría de personas no se informan sobre lo que van a ver a un museo, no investigan un poco ni se interesan con anterioridad a la visita. Y no es lo más grave, pues una vez en el centro de arte contemporáneo, van cargados con sus prejuicios como si fuera una venda que les impide disfrutar de lo que están contemplando, les evita acercarse y ver con ojos de niño, con ojos de descubrimiento. Eso sí, todos disfrutan de “Las Meninas” o de exposiciones que parecen producto de una gran campaña de marketing como la de los paneles de la Hispanic Society de Sorolla, exposición que sufrí (es el verbo indicado) en mis propias carnes y pobre Sorolla, que él no tiene la culpa de nada…. pero, ¿realmente sacan todo el partido?, ¿entienden lo que esas pinturas significan o se quedan en el “qué bien pintaba este hombre, mira lo bien que está pintado el perro, parece de verdad”?. ¿Son capaces de ver más allá de ese primer nivel que es la representación de la realidad? No quiero con esto que penséis que trato a la gente de tonta, sino todo lo contrario. Lo que me planteo es si la educación artística recibida por la mayoría es suficiente y si, desde las instituciones artísticas nos preocupamos por facilitarles los instrumentos básicos para el disfrute del arte.
Composición Nº1, Pollock, 1950
Composición Nº1, Pollock, 1950
Hilando ahora con las instituciones dedicadas a la difusión del arte, ni cabe decir que las principales son los museos. Ya desde los años sesenta con los ideólogos que plantearon la nueva museología y más tarde con la museología crítica se ha dado al museo el papel de mediador entre la obra y el público. El museo tiene que ser un lugar que, lejos de ser sagrado, un templo, quiera hacer que el visitante viva una experiencia directa con el arte. Un lugar de aprendizaje, de discusión, de debate donde las personas sean capaces de reflexionar sobre el mundo a través de las obras artísticas que responden a esa misma visión del mundo que tienen unas personas llamadas “artistas”. Pero, ¿la teoría museológica están siendo llevada a cabo verdaderamente por los museos? Está claro que cualquier museo de hoy en día no puede permitirse no tener un departamento pedagógico o de difusión, pero, ¿es más un mecanismo para llenar las estadísticas de visitantes de museos y legitimar el museo como necesario, o se está cumpliendo con la labor encargada por el ICOM (International Council of Museums, UNESCO)?. Sé de buena tinta el buen hacer de muchos departamentos pedagógicos, pero del mismo modo, sé de muchos otros que siguen el modelo “soy un guía: yo te suelto el rollo y tú escuchas callado y sin rechistar”.
José Guerrero - Crecientes Horizontales, 1973
José Guerrero – Crecientes Horizontales, 1973
Y es que el arte siempre ha sido algo supremo, divino, reservado sólo a unos pocos, a la cream de la cream… Y con esto planteo una última pregunta: Si el arte es exclusivo, da estatus, te hace partícipe de una élite de personas (curadores o comisarios, directores de museos, coleccionistas, galeristas, artistas), ¿es posible que esas personas quieran quitarse su aura de divinidad para bajar a la tierra y democratizar del arte?, la gran proliferación de “cajas blancas” o “cubos blancos” donde es la obra la que habla en sus salas impolutas y sin explicación alguna que nos haga entenderla, ¿es casualidad o es producto de esta renuncia por parte de la élite del arte a la democratización del hecho artístico?. ¿Prima lo estético sobre lo pedagógico?
En mi opinión, ARCO Bloggers es una respuesta a esta necesidad de democratización y acercamiento del arte contemporáneo al grueso de la población y, además, desde una plataforma nueva y accesible. Es la razón por la que estoy encantada de participar en el proyecto.
Guest Blogger: Laura Cano (La Caja Revuelta)